– ¿Tenéis red alguno? – Sergio conduce el coche a duras penas

– No que va, yo no tengo ni una línea…- Marisa va atrás pegando botes

– Yo tampoco, y según esto, este camino no existe…- respondo mientras miro una app geo-referenciada con la que suelo trabajar – Yo tiraría por el camino de arriba.

– Buff, ¿y si luego no podemos dar la vuelta? – Lleva razón, el Patrol de nueve plazas no es especialmente amistoso para dar la vuelta en sitios complicados.

Estamos en las Hoces del Cabriel

No estamos en medio de África o en medio de algún país recóndito. Estamos en las hoces del Cabriel, a una hora de Cuenca y a una hora de Valencia. Justo en el medio. Recorremos el valle que hay al pie de los cuchillos y hace rato que estamos en un punto indeterminado que no identifican nuestras aplicaciones. No estamos nerviosos porque al fin y al cabo esto es España y encontrarse siempre acaba siendo una cuestión de tiempo, pero nos preocupa meternos en algún lugar donde el coche ya no pueda dar la vuelta. Eso es harina de otro costal.

¿Y como hemos llegado hasta aquí? Estamos buscando localizaciones para volar en globo. Queremos volar este paisaje porque este paisaje es increíble. Las hoces del Cabriel en globo deben ser una de las cosas más espectaculares que se puedan contemplar en toda Europa. El problema es que el paisaje es tan agreste que no solo es extremadamente complejo acceder a él, sino que no hay claros suficientemente grandes como para hinchar el globo. Eso nos descorazona, esta vez no podemos fallar.

Buscando alternativas al vuelo en globo por Cuenca

Y es que esto viene de largo. Esta visita viene a raíz de una reunión que tuvimos allá por septiembre. Veíamos que en Cuenca se iban a complicar mucho los vuelos durante el invierno (tal y como está pasando) y necesitábamos encontrar alternativas. Pero ¿Cómo encontrar alternativas a uno de los mejores vuelos en globo que existen en todo el mundo? Sí; uno de los mejores vuelos que existen. Sí, en todo el mundo. Esto es algo que repetimos mucho porque es importante que la gente lo sepa. El vuelo en globo por Cuenca es uno de los mejores vuelos que se pueden hacer en el mundo. En aquella reunión había cierta tensión. Existía la posibilidad de volar otras localizaciones cercanas a Cuenca que también son espectaculares, pero ninguna era tan buena como Cuenca. También estaba el vuelo en globo por las lagunas de Cañada. Ese vuelo es increíble y único. Cumplía perfectamente nuestro objetivo. Es algo diferente, nunca se ha hecho y nadie lo hace. Nadie vuela en globo por lagunas como las de Cañada del Hoyo. El problema es que el clima de Cañada y el clima de Cuenca van de la mano. Si no se puede volar en Cuenca… Había mucho trabajo por delante. Mucho. Y nadie aseguraba que fuera a dar sus frutos… Era necesario recorrer el mapa de Cuenca, palmo a palmo para encontrar un lugar que cumpliera los requisitos que buscábamos; que estuviera cerca de Cuenca, a menos de una hora, que fuera un paraje increíble y que se pudiera aterrizar. En estos momentos la frustración nos tenía ganados.

-Olvidaros, no hay un solo lugar para volar en  Cuenca que cumpla los requisitos- Ya habíamos escuchado eso antes. Ya nos habían dicho que no se podía volar en globo por Cuenca. No lo aceptamos entonces y no lo íbamos a aceptar ahora. Aquella reunión marcaría un antes y un después en nuestra forma de ver las cosas.

Y es que muchas veces os contamos lo maravilloso que es cumplir un sueño como este, el de volar en globo por Cuenca, pero no estoy seguro si realmente os transmitimos las tensiones que se generan detrás de este proyecto. En primer lugar, está la incertidumbre. Eso siempre genera una cierta ansiedad. Cuando comienzas un camino tan incierto como este nunca sabes donde vas a acabar y eso no siempre es fácil de tolerar. En segundo lugar, está la motivación. Creedme que no siempre está a tope. Las frases motivacionales son maravillosas, pero no siempre funcionan. No. La realidad aquel día es que llevábamos ya mucho tiempo detrás de la misma idea y no conseguíamos resultados. La moral estaba por los suelos.

Un Lugar de referencia para volar en globo en Europa

Aquel día decidimos que teníamos que definir el ADN de la empresa. Esto es algo que hacen mucho los estadounidenses en sus empresas y, salvando las distancias, les va muy bien. Definen la visión, la misión y los valores de la empresa. Nosotros, aunque no lo habíamos verbalizado nunca teníamos clara nuestra visión y misión desde el principio; ser un lugar de referencia para volar en globo en Europa, pero nunca habíamos definido nuestros valores.  Los valores de una empresa son aquellos que conforman el ADN de la misma. Los que te dicen como tienes que portarte cada vez que ocurre algo. Aquel día charlamos mucho y nos marcamos muchos valores, muchos objetivos, pero por encima de todos nos marcamos uno fundamental. No podíamos rendirnos. Nunca.

Esto os podrá sonar un poco pueril. Es fácil decirlo, sí, pero no cambia nada hacerlo ¿verdad? Todo lo contrario. Aquel día decidimos que nunca nos rendiríamos mientras hubiese opción de hacer algo más. Y hasta que no tuviésemos TODA la provincia de Cuenca analizada de verdad, palmo a palmo, coloreada, no nos rendiríamos. Teníamos claro los criterios y lo que venía eran horas y horas de trabajo que podrían ser improductivas. Y creedme que han sido muchas. Más de las que podáis imaginar, pero al final conseguimos encontrar un punto; las hoces del Cabriel cumplían todos los objetivos y además nos permitía ofrecer vuelos en globo por Valencia. Los cumplía, sí. En el plano. Ahora faltaba ir allí, al terreno.

Las hoces del Cabriel, un entorno virgen

Y en el terreno nos encontrábamos. Discutiendo que camino coger sin tener ningún criterio para elegirlo. Cuando te pierdes en un lugar mágico como las hoces del Cabriel todo son sentimientos encontrados. En primer lugar, te preguntas como es posible que algo tan maravilloso como aquello esté aun tan virgen. En segundo lugar, no puedes parar de disfrutar lo que ves. Si nunca habéis visto los cuchillos no se si me entenderéis. Así que, allí perdidos, en medio de la más absoluta nada, decidimos hacer lo que mejor podíamos hacer. Nos bajamos y empezamos a hacer fotos y disfrutar del paisaje. Sergio aprovechó para echarse un cigarrillo y Dios hizo el resto. Después de una mañana entera por allí sin ver a nadie apareció un todoterreno que conocía la zona a la perfección.

-Para salir de aquí tenéis que atravesar el río. Parece que os vais a hundir, pero se puede vadear. Tranquilos- No contento con darnos la información se puso delante de nosotros y fue al río para atravesarlo y que viéramos como teníamos que hacerlo. No sabemos como se llama esa persona, pero cuando nuestro globo vuele por encima de las hoces del río Cabriel… una parte se la deberemos a él. Desde aquí, si nos lee, le damos las gracias.

Así, cuando conseguimos salir de aquella hendidura, la cosa cambió y empezamos a encontrar lugares para despegar. Aquí tenemos suerte de que nuestro globo sea tan pequeño. Nos permite hacer cosas que otros no pueden. Marcamos los lugares en nuestros mapas y nos volvimos a Cuenca. Nerviosos porque lo que nos espera es brutal. En breve lo haremos. Volaremos las hoces del río Cabriel en Globo; volaremos en globo por Cuenca pero también por Valencia.

¿Y sabéis por qué? Porque aquel día decidimos que no podemos rendirnos. Nunca.