Microhistorias SERIE 1.

 

Tal y como ya os anunciamos el jueves pasado, hoy empezamos con la entrega de las microhistorias. Son anécdotas de nuestros vuelos, de nuestros pasajeros, nuestras y vuestras. Son momentos puntuales, historias sin principio ni fin, que se interconectan entre sí desde sitios muy dispares para ir forjando la historia de un globo y también porque no, de una ciudad.

MICROHISTORIA 1. De webos, vacas y vuelos en globo por Cuenca.

 

Esta historia empieza en Florencia, en Julio de este año. Allí Sara, la hija mayor de los webos, estaba tratando de entregar un trabajo de un master de moda que está estudiando, condición necesaria para poder venirse a España de vacaciones.

Nosotros, en continuo contacto con Su, tratábamos de ponerle fecha al vuelo en globo por Cuenca que iban a hacer sus hijas, Nachete y Nacho. Eva, su hermana todavía no acaba de decidirse y Julia, Jesus y Su ya habían volado; recordáis que os lo contamos ¿verdad? Finalmente, Sara entregó su trabajo y nos pidieron volar el día 5 de Agosto, pero nosotros les pedimos que lo cambiaran al día 6 porque teníamos un compromiso de una pareja que cumplían treinta felices años de casados. Muy felices. Los webos que comparten al 100% nuestro punto sentimental, no pudieron negarse y armamos un grupo de seis personas para volar.

El vuelo en globo fue espectacular, bajaron por la hoz del Huecar, pasaron por la parte antigua y subieron después por la hoz del Jucar. Su acompañaba a Sergio en el coche principal y nos mandaba mensajes por el walkie a la vez que subía historias al INSTAGRAM. Eva y Julia compartían coche con Marisa y conmigo y perseguíamos al globo en plan safari fotográfico. Jesus, con su dron se había ido por su cuenta para sacar unas fotos que muchos de vosotros ya habéis podido apreciar.

El vuelo en globo fue espectacular, bajaron por la Hoz del Huecar y pasaron por la parte antigua.

 

Y entre risas, mensajes de walkie, selfies, drones y demás el viento fue parando poco a poco hasta dejar al globo parado a la altura del puente de Valdecabras. Y como los globos aerostaticos son aeronaves sin motor, cuando se para el viento no queda otra que aterrizar. Así que Javi,el piloto, comenzo a hacer la maniobra de aterrizaje, pero solo tenía espacio para bajar en un terreno vallado. Bueno, esto nos ocurre de vez en cuando. Si conseguimos entrar al terreno con el coche salimos todos juntos. Si no, no nos queda otra que desayunar, dejar a los pasajeros y después buscarnos la vida para rescatar nuestro globo.

Imagen gentileza del SrWebos

Como los globos aerostáticos son aeronaves sin motor cuando se para el viento no queda otra que aterrizar.

 

Así que fuimos a buscar la puerta del terreno y allí, oh sorpresa, nos encontramos dos pormenores; un candado que cerraba la valla y un cartel enorme que rezaba “CUIDADO, VACAS BRAVAS”. En seguida nos pusimos manos a la obra. Sergio se fue con Su a buscar otra puerta que él conocía de la finca. Jesus sacó su dron para hacer una inspección aérea del terreno y yo salté la valla para reunirme con el equipo y ayudarles a echar el globo abajo. Allí vacas, lo que se dice vacas no se veían, pero si aparecían… pues oye, ¡en peores plazas hemos toreado!

Vicente que tiene sus orígenes en un pueblo de Cuenca se rió.

 

Lo primero que hicimos fue hablar con los pasajeros y explicarles que estábamos en una finca con vacas bravas, que si querían salir que les sacábamos inmediatamente, que no se veía ningún bóvido cerca, pero que podían aparecer en cualquier momento. Vicente (el aniversariante de los 30 años de casado) que tiene sus orígenes en un pueblo de Cuenca, se rio y nos explicó que no es lo mismo vacas bravas que toros de lidia; que las vacas son las que andan sueltas por ahí, pero que son inofensivas, que lo más seguro es que si habían escuchado el globo hubieran puesto tierra de por medio, que no nos preocupáramos.

Al rato aparecieron Su y Sergio que ya habían encontrado la entrada de la finca, que por lo que parece estaba algo lejos así que los más jóvenes y yo, para evitar caminar (no cabíamos todos en el coche) decidimos salir del terreno de las vacas bravas en plan aventura y salimos saltando la valla de nuevo, como forajidos.

Al final tiramos el globo, lo recogimos y nos fuimos al chantre a montar el desayuno y seguir riéndonos. Curiosamente, este vuelo lo recordaremos todos por la anécdota de las vacas, pero jamás llegamos a ver una sola vaca en todo el día.

MICROHISTORIA 2. Un regalo de viaje en globo para dos.

 

En el año 2004 yo trabajaba en Portugal, en un laboratorio de calidad. Un fin de semana decidimos irnos a Cuenca a hacer el descenso del barranco de Poyatos junto a Javi, nuestro piloto actual y Sergio el otro socio de la empresa.

En aquellos tiempos tenía una compañera, Aurora, que trabajaba en otro laboratorio de calidad en Cuenca y me comentó que estaban buscando gente. Como yo ya tenía trabajo asegurado llamamos a Cristina una geóloga de Madrid para que viniera con nosotros a hacer el barranco y de paso conociera a Aurora para ver si les cuadraba trabajar juntas. Cristina finalmente acabó quedándose con el empleo y aún vive en Cuenca, 15 años después.

En Junio de este año recibí una llamada de Cristina. Me contaba que sus hijos iban a un cole donde había una profe muy especial, Berta, y que todas las mamas y papas habían decidido poner un fondo para hacerle un homenaje; habían decidido regalarle un viaje en globo por Cuenca. Me pidió que le hiciera un ticket regalo para dos, la profe y su marido, pero que si no le gustaba la idea de volar que le devolviéramos el dinero. Pues claro que sí, dicho y hecho.

Querían hacerle un homenaje; un viaje en globo por Cuenca.

 

Martina, otra mama del colegio compró un globo de papel en tres dimensiones (muy bonito, merece la pena verlo) y le hicieron el regalo a la profe de sus hijos con una tarjeta de esas que te llegan al alma. Berta, la maestra, entre lagrima y lagrima (porque Berta no es de piedra y que a uno le hagan un reconocimiento como este le llega al corazón) les dijo a todos que le encantaba su regalo, que ¡claro que quería darse un paseo en globo por Cuenca desde los aires!

Para que un maestro sea bueno es condición necesaria que enseñe con el corazón. Para que enseñe con el corazón es fundamental tenerlo muy grande y en buen estado de salud. Y como este es el caso de Berta, decidió aprovechar el momento globo para celebrar su 30 aniversario de bodas con Vicente, su marido; así que nos pidieron volar un martes. Nosotros solo podemos volar cuando el grupo es de al menos 4 personas porque si no volamos perdiendo dinero, pero como la historia detrás de todo esto era tan chula… pues nos tiramos al barro.

Le encantaba su regalo; ¡claro que quería darse un paseo en globo por Cuenca!

 

Tuvimos suerte porque al final se apuntó una familia muy especial; adivináis cual, ¿verdad?

A Berta y a Vicente les encantó la experiencia, el vuelo y los webos. Y después de un día con cero vacas acabamos desayunando todos en el chantre.

MICROHISTORIA 3. Vuelos en globo e higos con chocolate.

 

Ya lo hemos dicho varias veces que el viento es caprichoso, como el destino, que “se burla de ti”. Nuestro piloto, Javi, dice que cuando el metereologo se va de vacaciones dejan que haga las previsiones del clima al de los horóscopos… y que así nos va.

Teresa reservó un vuelo privado y se presentó a volar con Nines, Mari Carmen, Valentín, Pablo y Fermin. Todos son de un pueblo de Cuenca, Valdecomenas de abajo. Vinieron a volar a mediados de Agosto porque el hermano de Teresa, Vicente, ya había volado en globo antes con su mujer Berta, le había encantado la experiencia y había convencido a su hermana y al resto de la pandilla.

Vicente ya había volado en globo antes, le había encantado la experiencia y había convencido a su hermana.

 

La gente de Valdecomenas es de buen comer y Teresa se trajo unos higos con chocolate que no te puedes imaginar como estaban. Yo creo que se debieron pensar que con esto del globo el equipo no tiene tiempo para comer porque nos devoramos los higos de una forma poco civilizada…

El paseo en globo de Teresa y su gente empezó muy bien; recorrieron la hoz del Huecar, y pasaron por encima del barrio del castillo. De repente el viento cambio y se los llevó de vuelta; exactamente por donde habían venido. Esto es algo que no debería ocurrir, de hecho nunca se ha vuelto a repetir, pero ya os hemos dicho que el viento es caprichoso.

La hoz del Huecar, muy cerca de Cuenca, es un lugar espectacular volar en globo y para despegar porque a nivel paisajes y naturaleza es única. El problema es aterrizar. Todos los que conozcan la hoz sabrán que es muy difícil encontrar un claro allí porque donde no hay pinos hay rocas y donde no hay ni una cosa ni otra alguien ha plantado una casa. Si seguís nuestro blog sabréis que nos costó Dios y ayuda encontrar un pequeño claro… ¡solo para poder despegar!

La hoz del Huecar, muy cerca de Cuenca, es un lugar espectacular para volar en globo.

 

Así que Javi, antes de meterse en medio de un lío decidió aterrizar; en el cerro de las antenas. Un lugar lleno de piedras cortantes diseñado para rajar telas de globo. Aquí conviene hacer una aclaración. Cuando ocurren estas cosas los pasajeros se lo pasan pipa, pero el equipo de A vista de globo las pasa realmente mal. Mas que nada porque nos jugamos nuestro globo.

La gente de Valdecomenas es cojonuda y me vais a perdonar el palabro. En seguida llegó el equipo de tierra para tirar el globo abajo, sudando literalmente, y ya estaban los seis valdecomeneros (no se como se dice) situados, cada uno en una piedra para evitar que el globo se rajara al caer.

La primera parte, salvar la vela, salió bien. Ahora quedaba cargarla en el coche. Y aquí… aquí la cosa estaba más complicada aun porque era materialmente imposible meterlo. Sergio hacía todo lo posible por maniobrar entre piedras hasta que Valentin le dijo que “no hiciera más el gilipollas” (o algo por el estilo) y que entre todos cargábamos la vela y la cesta.

Decía Sabina que nunca rompe un pacto y menos cuando es entre caballeros. Pues algo así me pasó a mi. Cogimos la cesta y empezamos a cargarla, pero yo no podía con mi alma, no os voy a engañar. Lo que pasa es que cualquiera les dice a estos, “vamos a parar a descansar”. Vosotros me entendéis, ¿verdad? Así que primero con la cesta y luego con la vela nos deslomamos todos, pero cargamos el equipo.

Quizás fue por eso que acabamos devorando los higos de Teresa… que ricos, por Dios.

CONCLUSION

 

En el mundo en el que vivimos todo está interconectado. Todo lo que hagas hoy, por pequeño que sea, cambia el mundo de una manera que da miedo pararse a analizarla. Son esas interconexiones, esos momentos, esas anécdotas, a través de un viaje en globo o de cualquier otra cosa las que acaban haciendo o forjando las ciudades que nos rodean.

¡Vuela con nosotros!

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