Sobre cómo se cruzaron nuestros caminos con los webos fritos.
La teoría del Caos, en su versión más formulada viene a decir que “si una Mariposa mueve las alas en Tokio, llueve en Nueva York”. Yo hoy quería dedicar esta entrada de blog a dicha teoría y mostrar que sí, que todo está unido. Hoy voy a reformular la teoría de la siguiente manera: “cuando la masa de unas magdalenas se hunde en Bolivia, un valenciano acaba dando un paseo en globo por Cuenca”. ¿Nos hemos vuelto locos? No… y voy a tratar de explicarlo.
Año 2016, La Paz Bolivia.
- Noooooo, otra vez no– Era mi mujer, en la cocina. Yo ya me imaginaba lo que había pasado – ¡No entiendo nada! ¡¡¡Esto no de-be-ri-a o-cu-rrir!!!–
En aquel tiempo yo me dedicaba a dirigir una empresa constructora en Bolivia y Marisa se dedicaba a mejorar sus idiomas y a darse su bien merecido tiempo en la cocina. Pero teníamos un problema; La Paz se encuentra a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar y a esas alturas todo funciona diferente. El agua hierve a otra temperatura, las masas necesitan otros tiempos para ser horneadas y, si encima le sumas que el horno típico solo calienta por la parte de abajo, la complicación para cocinar cualquier cosa es atroz. Por eso, de vez en cuando, cuando Marisa probaba una nueva receta, por simple que fuera, tenía que tratar de reajustarla instintivamente a sus condiciones extremas ambientales. En el proceso, que según ella misma afirma nunca acabó por comprender del todo, se frustraron muchas magdalenas, algún que otro bollo y varias tartas. Y claro, para los que no cocinamos pues esto nos pilla de lado, pero para aquel que cocina que no le suba una masa… eso es un drama, que no por ser relativamente común deja de ser molesto.

Marisa asomada una noche lluviosa por la ventana de nuestro piso en La Paz.
Tengo que reconocer que yo, por aquellos tiempos estaba a otras cosas; que si problemas con los terraplenes de una obra de carreteras, que si un proyecto de suministro de aguas en el norte del país… Y mientras tanto, siempre, tratando de llegar a un acuerdo justo con los bolivianos para construir hospitales con tecnología española. Que aunque no nos lo creamos, los españoles andamos a la vanguardia del mundo en técnicas constructivas y en calidad precio, pero eso es otra historia. Por eso, cuando Marisa me hablaba de una paisana mía que acababa de conocer investigando recetas de calidad (porque en esto de las recetas es muy importante saber a quién seguir, según me repetía siempre) y me hablaba no sequé de webos con “w” y con “b” a mí eso me quedaba muy muy lejos. Digo lejos en cierto sentido, porque todavía recuerdo la primera vez que llegué a casa y me encontré unas berlinas encima de la mesa… que bueno… ¡para que contaros! A 9.000 Km de casa estas cosas saben diez veces mejor.
Pasaron un par de años… Marisa iba mejorando su inglés a pasos agigantados en una academia especializada y haciendo estudios más cercanos a la química que a la cocina para conseguir hornear sus pasteles. Yo cada vez más asentado en el país y creciendo profesionalmente. Pero algo no iba como tenía que ir. Los dos estábamos encantados de estar juntos, pero ninguno quería estar más allí. Para el que no lo conozca decirle que La Paz quizás sea una de las ciudades más duras para vivir del mundo. Y se de que hablo porque he vivido en muchas ciudades distintas. Así que, en 2018, después de mucho pensarlo, tomamos la decisión. Nos despedimos de la empresa en la que llevaba trabajando más de 11 años (con lagrimas en los ojos, literalmente) y nos fuimos a España.
Octubre de 2018, Cuenca.
Los que han seguido nuestras andanzas y se leen nuestro blog saben que este fue el punto donde empezó nuestra aventura. Aquí, Sergio y yo nos liamos la manta a la cabeza y decidimos avanzar con esta idea loca de volar en globo por Cuenca. Pero este mes de octubre es importante en esta historia que os voy a contar porque aquí, de alguna manera, Sergio, sin saberlo, se cruzó con la webosfritos.
- ¿Esto lo has hecho tú? No me lo puedo creer, esto es mejor que pastelería, está tela de bueno– Sergio se refería a las berlinas que le había preparado Marisa. En el momento en que llegamos a Cuenca, de vuelta de Bolivia, Marisa consiguió hacerse con productos de repostería básicos (el país andino aún tiene mucho camino que recorrer en este sentido) y se hizo con una cocina situada a una altura sensata, como los 1.000 metros sobre el nivel del mar que tiene Cuenca, se puso a cocinar como loca. Y quien mejor que el amante numero uno de los dulces, nuestro colega de aventuras Sergio, para catalogar la calidad de los postres de Marisa. En ese momento Sergio no lo sabía, pero ya había tenido su primer contacto con la webosfritos.

A la izquierda las berlinas hechas con la harina y las condiciones de La Paz y la derecha las mismas berlinas hechas en Cuenca. Se puede apreciar el nivel de frustración que tenía la cocinera en el país andino.
En aquellos momentos, como cualquier negocio incipiente que se precie, todo eran ideas, unas más acertadas que otras. Teníamos clara una cosa; por mucho que a nuestros paisanos les gustara nuestra idea de dar paseos en globo por Cuenca, la ciudad en sí no tenía suficientes clientes potenciales para mantener una empresa como la nuestra. Teníamos que encontrar mercado en Madrid y en Valencia.
Enero de 2019
En estas fechas fuimos uno de los proyectos premiados en Lanzadera, ¿os acordáis? También fue el momento donde negociamos con nuestro buen amigo alemán, Martin, la compra del globo. Fueron los momentos de inicio real del proyecto y fue cuando viajamos a Alemania a comprar nuestro globo. Fueron más de 4.000 kilómetros de nieve, lluvia y niebla. Y mientras tanto, en aquel viaje al que fuimos Marisa, Sergio y yo, hablábamos de cómo íbamos a promocionar una empresa de globos sin globo. Porque esto, como bien sabéis, no va de comprar el globo, va de dar de alta el millón y medio de documentos que exige la ley. También os lo contamos hace tiempo en otra entrada del blog y no os vamos a aburrir con repeticiones redundantes.
En aquel viaje interminable, a 90 km por hora para no sobrepasar la velocidad máxima permitida con remolque (nunca llegamos a tener clara cual era dicha velocidad en los seis países que atravesamos) comiendo bocadillos prefabricados y latas de fanta naranja hablábamos de nuestra estrategia en las redes. Y allí, Marisa, intentaba explicarnos un poco como funciona este mundo de las redes, sobre todo INSTAGRAM. A nosotros nos preocupaba cómo se retuiteaban los posts de INSTAGRAM … Así estaba el nivel, ya os podéis imaginar.

El viaje infinito de Sergio, Marisa y Alex camino de Westfalia para comprar el globo.
Lo que si teníamos claro todos es que nuestra marca tenía que ir unida indefectiblemente a Cuenca, a nuestra tierra, que para eso estábamos allí. Por eso apostábamos. Ya sabéis la cantinela… en Cuenca el problema muchas veces somos los propios conquenses, pero la ciudad tiene un potencial que te mueres. ¿Quién no lo ha escuchado o dicho al menos un millón de veces? Allí, a 90 km por hora, nos repartimos el trabajo en las redes; Sergio llevaría Facebook que se le da muy bien, yo Instagram y bueno, yo también twitter, que ya sabemos que si no hablas de política no tiene mucho sentido, pero ya que sabíamos cómo funcionaba, pues tampoco íbamos a dejar de intentarlo.
Y en esa historia fue cuando Marisa me dijo; si tu marca es Cuenca empieza a seguir a la webosfritos. Yo decía, ¿pero qué hace una empresa de globos aerostáticos y más aun yo que no soy muy amigo de la cocina, siguiendo una cuenta de recetas? – Que no. Que no es solo una cuenta de recetas, que es la mayor embajadora que tiene Cuenca fuera de sus fronteras– me decía Marisa unas veces con más paciencia que otras.
Y yo que tengo unos conocimientos muy precarios en estas lides, pero soy muy buen escuchador hice lo propio. Así que ahí empecé a seguir al clan de los webos. Que yo no sabía hasta ese momento que eran un equipo; Jesús con la fotografía, Julia, la madre metida en todos los saraos y por supuesto las hijas dándole un toque de frescura al asunto. Sinceramente yo flipaba un poco, no os voy a engañar.
Mayo de 2019
Mientras nosotros nos dedicábamos a vender una empresa de globos sin globos en las redes y nos volvíamos locos corriendo a mil por hora para resolver la documentación, apareció en escena nuestra cuñada Ana, esposa de Nacho, hermano de Marisa. Otra enorme contribución en este asunto. Y es que esto no os lo he dicho, pero en la familia de Marisa cocinan todos. Todos. En serio, a los bebes cuando cumplen dos años les regalan cocinas y lo flipan. La madre de Marisa hace unos guisos nivel Dios, pero es que cuando se ponen a hablar de comida… en fin… que os voy a contar, yo parezco un neandertal. Poco me importa como soy de poco cocinar pero de bien comer y bien beber. Y para beber mi suegro, que tiene unos vinos con los que yo he llegado a llorar… pero vamos que me estoy perdiendo.
Os decía que como Ana también es de cocinar mucho y bien, no sólo conocía a la webos sino que Nacho le había regalado un curso de pan con ella. Ana, de motu proprio nos dijo, tenéis que hablar con ella. Ella es la mejor embajadora que tiene Cuenca, os tenéis que conocer. ¿Queréis que le diga algo en el curso?. Yo encantao, ahí ya empezaba a cuadrarme todo mucho más. Por otra parte Ana desde el primer momento siempre nos ha dado muy buenos consejos. Junto con Marisa son las dos Community-INTAGRAM- Manager de A VISTA DE GLOBO. Por otra parte, para mí, los webos ya no eran una familia con una cuenta de cocina. ¡Eran una familia que hace de todo a todo trapo!
Y sí, Ana, al final del curso de pan se acercó a Su y le dijo, mi cuñao ha abierto una empresa de globos aerostáticos en Cuenca. Su, según cuenta ella misma, cuando salió de su estupefacción dijo ¿¿¿En Cuenca??? ¿¿¿Un globo??? ¡Me encantaría conocerlo!
Junio de 2019
En junio ya habíamos comenzado las operaciones. Habíamos conseguido el mejor paseo en globo por Cuenca posible. Estábamos literalmente en una nube. Manel, nuestro piloto invitado había conseguido bordar el vuelo en globo por Cuenca. En nuestros deseos más profundos pensábamos que llegaríamos a volar cerca de las Casas Colgadas pero nunca que las llegaríamos a ver de frente. Desde el parador, y ponernos justo encima. Era un sueño cumplido. La gente de Cuenca había reaccionado muy bien a la actividad y habíamos vendido varios billetes, casi todos a conquenses de pro. Y es que en nuestra tierra nos cuesta hacernos a cualquier novedad que se presente y siempre la miramos con cierto recelo inicial, pero eso de ver nuestra ciudad desde el aire… eso es otra cosa. Porque un conquense, por encima de todo es conquense, ¡más chauvinista que un francés! Os lo digo yo que cuando me fui a estudiar a Madrid me llamaban el Cuenca.

Ya habíamos conseguido nuestro sueño de hacer vuelos en globo por Cuenca maravillosos.
Y en toda esta vorágine, ya por fin publicando fotos de globos en las redes, saboreando el inicio y descargando un tonel de adrenalina acumulada en los últimos seis meses… nos dijimos, vamos a llamar a la webos fritos. Así, sin cortapisas, en el post que coloca todos los viernes hablando de Cuenca, le dijimos Su, si quieres conocer Cuenca desde el cielo os invitamos a venir. La verdad es que teníamos mucha fe en que se apuntaran. Primero porque se apuntan a un bombardeo, segundo porque llevan Cuenca en el corazón y tercero porque como Jesús es fotógrafo, sabíamos que fotografiar Cuenca desde el aire era algo muy muy difícil de rechazar.
Y así, el domingo día 30 nos encontrábamos dándoles un abrazo a Julia, Jesús y Su. Mi mujer emocionada porque se había pasado horas y horas estudiando sus recetas y tratando de ajustarlas a las condiciones de La Paz con técnicas más propias de la alquimia medieval que de la cocina tradicional.
Y así, una hora después, parecía que nos conociéramos todos de toda la vida. La conexión fue increíble, el viaje precioso y la gente que nos acompañó también resultó ser encantadora. Consuelo celebrando su 71 cumpleaños con un vuelo en globo regalado por Marta, su hija, y Marimar, una amiga… Todo redondo.
Pasamos un día entrañable y Su nos hizo un montón de stories en INSTAGRAM en directo, desde el globo, que todo el mundo podía ver. El resto del equipo flipaba porque veía a Julia saltando como si tuviera 20 años, a Jesús con sus cámaras y a Su haciendo un reportaje continuo. Y es que ver las stories de los webos en INSTAGRAM es una cosa, pero verlos en directo improvisar como si tal cosa sin cortar ni medio plano y publicando y comentando así, al natural… impresiona. En fin, que nos quedamos todos encantados y que todos sabíamos que aquello no acabaría allí, que acababa de empezar una nueva amistad.

Después del vuelo comentando la jugada.
EPILOGO
Después de la mañana de vuelo con los webos volvimos a casa, entramos en internet y ¡oh, sorpresa! Teníamos de repente 100 seguidores más en INSTAGRAM ¡A las 9:00 de la mañana! La gente empezó a ver y ver nuestra página a preguntarse quienes éramos, a ver la aventura de volar en globo por Cuenca… en fin que nos volvimos locos. Y Su llamándonos y dándonos consejos para colaborar con nosotros, así porque sí. NO OS PODEIS IMAGINAR QUE PASADA. Para que os hagáis una idea, cuando la cuenta de INSTAGRAM es de empresa se pueden revisar las interacciones que hacen los usuarios dentro de tu cuenta. En nuestro caso teníamos el viernes 28, 17 interacciones, el sábado 29, 13 y el domingo 30, con las stories de Su… ¡2.200! Yo estaba sobrepasado.
Al día siguiente comenzó a sonar el teléfono para venir a volar con nosotros. Gente de todas partes de España. Los primeros de aquel día, una pareja de Valencia. ¿Y por qué? Porque todo, todo, está relacionado. “Cuando la masa de unas magdalenas se hunde en Bolivia… un valenciano acaba volando en globo por Cuenca”
¡Vuela con nosotros!
Quieres sobrevolar Cuenca Ciudad Patrimonio de la Humanidad, o impresionantes localizaciones dentro de la Provincia, como el Parque arqueológico de Segóbriga, el Castillo de Belmonte o el Monasterio de Uclés entre otros...
Hola, soy mas de Cuenca que las Casas Colgadas, conozco a la familia Webos, que son fantásticos y antes de que el verano acabe espero haber montado en vuestro globo Un saludo
Hola Isabel, nos sentimos muuuuuuuy orgullosos de nuestra tierra, ¡Somos únicos! te esperamos para volar en globo por Cuenca cuando desees, un abrazo!!!
Hola soy de Cochabamba Bolivia pero vivo hace 9 años en La Paz después de leer la historia será un reto para mi hacer las magdalenas y que me salgan parecidas a las de la señora webos!!
Hola Noemí! Nos encantó Cochabamba cuando estuvimos visitándola. La comida por allí tiene su fama bien merecida! Te deseo mucha suerte con tus magdalenas. Al final a base de prueba y error ya veras como terminan saliendo!